A Piñera no le bastó con los chascarros anteriores los cuales inundan los distintos sitios y portales de Internet, en el cual “mató” al poeta Nicanor Parra y citó a Robinson Crusoe, el novelesco personaje de Daniel Defoe, como si hubiese sido un hombre de carne y hueso, sumados a los ya tradicionales “Tusunami” y “Marepoto”.
Ahora sus dichos son más graves, en España el presidente fascista emitió una serie de declaraciones que sin duda traerán repercusiones, el multimillonario señaló: "Cuba es una isla geográfica, pero creo que va a ser muy difícil que siga siendo una isla ideológica. Tengo mucha fe, y Chile va a colaborar para que, más temprano que tarde, se reencuentre con la democracia, con el respeto de las libertades y de los derechos humanos".
Las declaraciones resultan, cuando menos curiosas, por cuanto la coalición política de derecha que le llevó al gobierno, no hízo nada por la democracia en Chile, antes lo contrario, fué el sustento político de la dictadura militar de Pinochet y muchos de sus dirigentes, entre ellos el propio Piñera, salieron enriquecidos de dicho periodo político.
Chile es un país que tiene casi un centenar de mapuches presos por razones políticas, a decenas de personas sufriendo extrañamiento/exilio político por haber luchado contra la dictadura y a centenares de sus ciudadanos desaparecidos, sin juicio que haya podido aclarar su paradero y sancionar a los culpables, estas situaciones deberían ser prioritarias para un gobernante preocupado realmente de los DDHH.
La declaraciones de Piñera dejaran a Chile en una inconfortable posición en América Latina cuyos gobiernos mayoritariamente muestran simpatías con el gobierno revolucionario de La Habana. Piñera ha actuado como un elefante en una cristalería.
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