Al triunfar la Revolución, se comienza a cumplir inmediatamente el Programa del Moncada. Se entrega la tierra a los campesinos, se rebajan los alquileres, se intervienen y nacionalizan empresas explotadoras, se crean puestos de trabajo, se eliminan las tan variadas formas de discriminación existentes. Para todos será el derecho a la educación, a la salud, el acceso a la cultura, al deporte y la recreación sana. Ha comenzado, y alcanza a nuestros días, la obra de justicia social más grande realizada por un gobierno en este continente.Con el triunfo revolucionario del 1° de enero, el imperio norteamericano ve frustrados todos sus esfuerzos por evitar que el movimiento liderado por Fidel Castro llegue al poder. Sabe que esta si es una verdadera Revolución, y con ella ha terminado su dominio sobre la isla.
Desata entonces innumerables formas de agresión para derrocarla por la fuerza. Sabotajes, atentados, organización de bandas contrarrevolucionarias, bloqueo económico, paralizar la economía al sustraer el personal calificado para el funcionamiento de las industrias y otros profesionales. Desata una campaña de propaganda y mentiras sobre el gobierno cubano, antesala de una agresión directa, la invasión por Playa Girón. 
Al pueblo, principal protagonista de esta epopeya, se le dice lo anunciado por el jefe de la Revolución en su alegato “La historia me Absolverá”:“¡Aquí tienes, lucha ahora con todas tus fuerzas para que sean tuyas la libertad y la felicidad!”
Se le entregan las armas para defender la patria libre en que ahora vive y en la que crecerán sus hijos. Se crean las Milicias Nacionales Revolucionarias.
Obreros, campesinos, estudiantes, junto a las Fuerzas Armadas, pueblo uniformado como dijera Camilo Cienfuegos, enfrentan en Abril de 1961 a la invasión mercenaria, derrotándola en menos de 72 horas, en defensa de una Revolución Socialista.
Hoy, luego de 49 años y en un nuevo contexto, el enemigo sigue siendo el mismo y lo seguimos enfrentando y derrotando, como en las arenas de Playa Girón.
El mundo vive en estos momentos una crisis económica de incalculable alcance, junto al deterioro acelerado del medio ambiente, a lo cual no somos ajenos. Internamente debemos sumarle la herencia dejada por la gran crisis en que nos sumió el derrumbe del campo socialista, a la que se unió la agudización del bloqueo yanqui, sumiéndonos en un período especial que ya vamos superando, pero a un alto costo económico y político.
Una nueva batalla se suma a la que el imperio nos impone, y es la del rescate de nuestra economía. Satisfacer las necesidades de nuestro pueblo, subsistir en medio de la crisis mundial, pasa incuestionablemente por el aumento de la eficiencia y la productividad, por el ahorro de todo tipo de recursos, requiere de la incorporación de todos los posibles al proceso productivo.Como en un nuevo Girón, ante los medios de producción, debemos recordar esa frase:
“¡Aquí tienes, lucha ahora con todas tus fuerzas para que sean tuyas la libertad y la felicidad!”
Y sin descuidar la defensa, hacer de la
producción nuestra primera línea de combate. Darle respuesta a los principales problemas internos que hoy nos golpean, que el enemigo distorsiona y aprovecha para sus campañas mediáticas, solo es posible con la producción de bienes y de alimentos, con el uso racional de los recursos, con la disminución de importaciones y el aumento de las exportaciones. En ello va la supervivencia de la Revolución, la libertad y la dignidad de los cubanos.En Cuba, se seguirá construyendo el Socialismo, se seguirá haciendo la obra de justicia social más grande de este continente, y como en Girón, al grito de ¡Patria o Muerte! El pueblo sabrá alcanzar la victoria
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