Recientemente se ha planteado la posibilidad de crear una AFP Estatal, sin embargo, a casi 30 años de funcionamiento de las AFP en manos de privados y en relación con las expectativas con las cuales se crearon, esto es mejorar el monto de las pensiones de los trabajadores dependientes y ofrecer una mayor cobertura específicamente a los Independientes, se puede concluir que estas expectativas no se han cumplido, ya que en promedio las pensiones que obtendrán los trabajadores cotizantes activos, alcanzarán apenas a un 38% de sus sueldos promedios de su vida laboral. En relación a los trabajadores Independientes, apenas un 4% del total de ellos cotizan para las AFP, por tanto en el futuro la mayoría de ellos no obtendría una pensión del sistema de pensiones contributiva y solamente serían beneficiarios de las pensiones básicas solidarias dadas por el Estado.
La lógica con que operan estas sociedades anónimas con fines de lucro, es que a partir del ahorro que genere el trabajador por medio de sus cotizaciones mensuales, logre acumular un fondo que le permita en el futuro pensionarse, una vez que cumpla los 65 años los hombres y 60 la mujer. Uno de los problemas que se presenta bajo esta lógica es que con el 10% obligatorio que el trabajador debe aportar para su cuenta de capitalización individual, obtenido de su sueldo, no alcanza a cubrir una pensión suficiente, esto es que tenga una relación o aproximación cercana al los ingresos obtenidos durante la vida activa. En el caso de la mujer esta situación es más dramática, porque a su vez cotiza 5 años menos que el hombre, con lo cual alcanza a acumular fondos entre un 30 a 40% inferiores (situación que no se resolverá con el bono por hijo)
El que una AFP tenga el apellido de Estatal no garantiza que las pensiones mejoren, en otras palabras, si no cambia la lógica del sistema previsional, no podrá haber un mejoramiento sustantivo en el valor promedio de las pensiones, ya que la operatoria de una AFP es que la pensión sea determinada principalmente por los aportes del trabajador. Aportes son invertidos en el mercado accionario, que es tremendamente fluctuante.
Por otra parte, los ejecutivos máximos de las AFP han manifestado su rechazo absoluto a que el Estado se convierta en uno de sus competidores, opinión que es absolutamente normal en un sector altamente concentrado - en la actualidad solo existen 6 AFP-, esto significaría repartir la tajada de la torta entre más actores, lo cual disminuiría considerablemente las tasas de ganancia que obtienen a partir de los fondos previsionales de los trabajadores, que en el presente son sumamente altas y anormales.
Muchos de los trabajadores al ver que el Estado se hace cargo de sus ahorros, evidentemente se cambiarán a esta nueva AFP, puesto que les generaría más confianza y por tanto la expectativa de la población de obtener mejores pensiones sería mayor. Pero esto resulta ser solo una ilusión, ya que la lógica de funcionamiento del sistema sería el mismo.
Lo que realmente cambiaría el cuadro, para mejorar las pensiones de los trabajadores(as), es la creación de un sistema de pensiones contributivo de carácter de reparto administrado por el Estado y de carácter tripartito, es decir, cuyo financiamiento depende de un aporte del trabajador, del empleador y del Estado (La mayoría de los países desarrollados mantiene este tipo de sistemas), no es posible que los trabajadores estén obligados a cotizar solo en las AFP, sin existir la posibilidad de elegir un sistema público de pensiones y con una lógica alternativa de funcionamiento.
En conclusión una posible AFP Estatal, es más de lo mismo, lo que tiene que generar el poder ejecutivo y legistalivo es una nueva lógica de funcionamiento del sistema contributivo de pensiones, alternativo a las AFP, que restablezca el contrato social entre el Estado y los Ciudadanos en materia de seguridad social, contrato que fue truncado por las imposición del sistema de capitalización individual (AFP).
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