No es un tema de número de agentes policiales, tampoco es un tema de sacar o no al ejercito a las calles, de los jueces, del endurecimiento de penas, de reformulación de leyes, o de las escuchas telefónicas.
Para avanzar hacia el abordaje del tema de la violencia y la delincuencia debemos referirnos ineludible a la aplicación voraz del modelo neoliberal en nuestro país, no es casual que Chile sea uno de los países que aplicó de manera brutal dicho modelo y que paralelamente tenga lo índices de violencia y de delincuencia tan elevados.
El fenómeno de la delincuencia se acrecentó luego de la conclusión de la dictadura y el inicio de la democracia, ya que el nivel de pobreza y cesantía alcanzado en esos años transformó dramáticamente la estructura familiar y el modelo de familia. Cerca del 30% de la familias chilenas vieron como la necesidad de ingresos, condiciono a que las madre y padres por igual, salieran a la calle en busca de sustento, descuidando la crianza, siendo los hijos los que crecieron sin un vinculo afectivo y generando un cambio radical en la practica de los valores.
Otro aspecto importante a tomar en cuenta es la ruptura de la ideología del pueblo, se rompe con un sistema de valores que se practicaba, donde la solidaridad era el centro y se transformó en una ideología donde el mercado es el rey (esto gracias a los chicagos boys),
donde hacer ganancia es el objetivo superior, entonces se va construyendo una sociedad salvaje donde lo que impera es la lógica instrumental, donde el fin justifica los medios, donde el fin es consumir al máximo, y alcanzar esa máxima capacidad de consumir a costa de lo que sea. La cultura neoliberal ha trastocado al ser humano a tal grado que el estatus en la sociedad depende de lo que se consume y el máximo de la felicidad se consigue por el placer del consumir.
Entonces, en chile impera una sociedad hedonista, donde se busca el placer por el placer mismo. Lo peligroso es que las personas vayan teniendo placer al matar, porque el acto de asesinar también se convierte en una mercancía o porque el asesinar a las personas da la posibilidad de contar con una mercancía. El neoliberalismo entonces creo una sociedad en la que las personas creen que valen por lo que consumen.
El neoliberalismo ha creado una sociedad “bañada en sangre”, ya que ha desgarrado la familia chilena, ha cambiado el sistema de valores suplantándolos por valores del mercado, así ha roto el aparato productivo agrícola e industrial, entonces es parte de la política promover la violencia. Desde la dictadura pasando por los gobiernos de la concertación han promovido que el fin ultimo de las empresas sea generar ganancia personales y en esa búsqueda de ganancia donde todos tienen que rendirse a ello, hasta la seguridad ciudadana se ha convertido en una mercancía, ese es otro elemento central, así como se practica una agricultura al servicio de las empresas
transnacionales, así tenemos una seguridad ciudadana que ya no es una obligación del Estado, sino de las empresas de seguridad privada y que necesita inseguridad, violencia y delincuencia para vender un producto llamado seguridad, de otra forma no hay posibilidades de vender ese producto. Por eso vemos agentes de seguridad privada en las colonias, en el pequeño negocio, en los buses, en los camiones que transportan mercancía.
La solución entonces no es un tema de número de carabineros o del ejército. La solución comienza a transitar por el desmantelamiento progresivo del neoliberalismo y no se trata sólo del aspecto meramente económico, se trata de su desmantelamiento a nivel cultural, ya que la educación ha estado a su servicio, es parte del juego del mercado, del replanteamiento de la familia y de regresar a una practica de valores donde en centro sea la solidaridad.
En esto hasta las iglesias necesitan una transformación, ya que las mismas iglesias han estado al servicio del neoliberalismo, y han proliferado iglesias que pregonan ese enfoque neoliberal, toda esa teología de la prosperidad, donde sí el feligrés pide un bien material con mucha fe, pues el ser supremo se lo va a conceder, es una forma de convertir la fe en mercancía y al servicio del consumo, con toda esa cultura deberá romperse tajantemente.
El actual gobierno de Sebastian Piñera debe entender entonces que el tema de la delincuencia y de la violencia pasa por cambiar el modelo económico, de cambiar la superestructura cultural, social y política que se ha desarrollado desde hace veinte años, de lo contrario los niveles alarmantes que la sociedad salvadoreña exhibe de violencia no dejaran de ser leves descensos estadísticos, y la convulsión social de la sociedad seguirá profundizándose.
Es necesario volver a vivir en comunidad, en solidaridad, en armonía con la naturaleza, donde la vida sea el centro del quehacer de una sociedad, donde las relaciones humanas se rijan por la ayuda mutua, por el compañerismo, por la cooperación y donde las relaciones económicas no estén supeditadas al mayor mal generado por la sociedad capitalista: el mercado.
2 comentarios:
hola perra maraca culia y la concha de tu madre hija de la come moco y de la traga sables te voy a sacarte la chucha, el otro dia pase por alante tuyo y ni me miraster weona enferma que teni en la cabeza que te rei fea culia
jaja es broma
Publicar un comentario