El día de hoy, debemos alertar a toda la población de nuestro país respecto a la decisión del ministerio de salud sobre la privatización de los recintos hospitalarios del país, que desde hace algún tiempo se viene dando en el país tales como la concesión de recintos hospitalarios en donde las empresas podrán instalar un centro comercial al lado y la privatización del El hospital El Salvador en Santiago
al darse a conocer la Orden C 47 Nº 1102 / 13/04/2010 del Minsal, dirigido al Ministro de Obras Públicas, donde, en síntesis, solicita avanzar rápidamente en el programa de concesiones hospitalarias, en el que se identifican 18 hospitales a ser concesionados, en el último párrafo señala que estas concesiones serán para la CONSTRUCCIÓN y OPERACIÓN de los establecimientos identificados en la mencionada circular, no puede dejar de plantear la opinión y postura al respecto de los mismos trabajadores.
1. La Salud en Chile ha sido históricamente responsabilidad del Estado en, a lo menos el 80 % de la población, especialmente la más vulnerable y a pesar de los intentos durante la dictadura para hacerla desaparecer, restándole recursos económicos para potenciar las Isapres, fue precisamente la salud estatal quien logró con el esfuerzo de todos los trabajadores del sector, sostenerla. Es más, con sus altos índices de eficiencia y eficacia, logrando con el mínimo de recursos obtener índices biomédicos comparables a los de países desarrollados cuya inversión en salud es 3 ó 4 veces mayor que la de nuestro país, se logró disminuir la desnutrición infantil, aumentar la cobertura de inmunizaciones a enfermedades transmisibles, se erradicó la polio, se aumentó la cobertura de atención profesional del parto, disminuyendo a niveles de alto estándar la morbi-mortalidad de binomio madre-hijo, entre otros igualmente importantes.
2. Sabiendo esto y además teniendo en cuenta que el Sistema funciona como un Servicio, donde los únicos beneficiados son los más desposeídos y como consecuencia una población sana, al final nuestro país es el gran ganador de la eficiencia del Sistema.
3. La concesión hospitalaria significa que el sector privado se adjudica o construye un establecimiento hospitalario y vende al Estado o a los cotizantes o usuarios el uso de ese establecimiento, para recuperar el capital y obtener utilidades, porque, que sepamos, ningún privado invierte si no tiene utilidades y el único que puede garantizar aquello (utilidades) es el Estado. Consecuentemente, el Estado sacará plata de las arcas fiscales para pagar la inversión y las utilidades a esos inversionistas, es decir, en pocas palabras, de nuevo se quiere hacer negocio con la necesidad más vital de los chilenos: su salud. Esto sin considerar, que como en todas las concesiones, se le debe garantizar las utilidades al mandante. Éste es un negocio a la segura, con dineros del Estado. Debemos recordar que los hospitales construidos y normalizados a la fecha, han sido construidos por empresas privadas, pagadas por el Estado, quedando este último como propietario, sin tener que pagar nada más por él.
4. En el mencionado Ordinario del Minsal, Mañalich, además en su último párrafo expresamente dice que también se concesionará la OPERACIÓN, es decir para que el establecimiento construido de esta forma pueda ser utilizado, se debe pagar y contratar a la misma u otra empresa, los servicios para operarlo, hablemos de alimentación, lavandería, esterilización, servicios de enfermería, servicios de profesionales, servicios de anestesia, tal vez hasta servicios médicos, es decir, el Estado paga de nuevo los servicios para que atiendan a los usuarios el valor de la atención más las utilidades de la empresa contratada. Además de lo expresado, se abre la puerta a una mayor precarización del empleo en nuestro país, cuestión que ya está ocurriendo. Las empresas que hoy venden los servicios de seguridad en los hospitales, contratan a su personal con el salario mínimo y a veces menos, los despiden antes del año para no darles vacaciones y en algunos casos ni siquiera les pagan las leyes sociales. ¿Esto es lo que quiere el Gobierno? Nosotros, no.
5. Como trabajadores de la salud creemos que no se puede usar el terremoto del 27 de febrero último como excusa para privatizar la salud de nuestro país por la vía de las concesiones hospitalarias. No queremos decir con esto que no exista la salud privada. Al contrario, que exista, pero que la financien y paguen quienes pueden con sus propios ingresos y no con la plata de todos los chilenos. El Estado debe seguir siendo quien tenga la máxima responsabilidad en la entrega de salud a la población de nuestro país.
6. estas razones están expuestas y se fortalecen cuando vemos que hay países desarrollados que han desechado este modelo que se nos quiere imponer y más aún cuando vemos que cuando hay utilidades de por medio, al empresario no le interesa el bienestar de las personas, sino que sólo la mezquindad de la ganancia como quedó de manifiesto en la colusión en los precios de los medicamentos de las farmacias, conocido públicamente por todos.
al darse a conocer la Orden C 47 Nº 1102 / 13/04/2010 del Minsal, dirigido al Ministro de Obras Públicas, donde, en síntesis, solicita avanzar rápidamente en el programa de concesiones hospitalarias, en el que se identifican 18 hospitales a ser concesionados, en el último párrafo señala que estas concesiones serán para la CONSTRUCCIÓN y OPERACIÓN de los establecimientos identificados en la mencionada circular, no puede dejar de plantear la opinión y postura al respecto de los mismos trabajadores.
1. La Salud en Chile ha sido históricamente responsabilidad del Estado en, a lo menos el 80 % de la población, especialmente la más vulnerable y a pesar de los intentos durante la dictadura para hacerla desaparecer, restándole recursos económicos para potenciar las Isapres, fue precisamente la salud estatal quien logró con el esfuerzo de todos los trabajadores del sector, sostenerla. Es más, con sus altos índices de eficiencia y eficacia, logrando con el mínimo de recursos obtener índices biomédicos comparables a los de países desarrollados cuya inversión en salud es 3 ó 4 veces mayor que la de nuestro país, se logró disminuir la desnutrición infantil, aumentar la cobertura de inmunizaciones a enfermedades transmisibles, se erradicó la polio, se aumentó la cobertura de atención profesional del parto, disminuyendo a niveles de alto estándar la morbi-mortalidad de binomio madre-hijo, entre otros igualmente importantes.
2. Sabiendo esto y además teniendo en cuenta que el Sistema funciona como un Servicio, donde los únicos beneficiados son los más desposeídos y como consecuencia una población sana, al final nuestro país es el gran ganador de la eficiencia del Sistema.
3. La concesión hospitalaria significa que el sector privado se adjudica o construye un establecimiento hospitalario y vende al Estado o a los cotizantes o usuarios el uso de ese establecimiento, para recuperar el capital y obtener utilidades, porque, que sepamos, ningún privado invierte si no tiene utilidades y el único que puede garantizar aquello (utilidades) es el Estado. Consecuentemente, el Estado sacará plata de las arcas fiscales para pagar la inversión y las utilidades a esos inversionistas, es decir, en pocas palabras, de nuevo se quiere hacer negocio con la necesidad más vital de los chilenos: su salud. Esto sin considerar, que como en todas las concesiones, se le debe garantizar las utilidades al mandante. Éste es un negocio a la segura, con dineros del Estado. Debemos recordar que los hospitales construidos y normalizados a la fecha, han sido construidos por empresas privadas, pagadas por el Estado, quedando este último como propietario, sin tener que pagar nada más por él.
4. En el mencionado Ordinario del Minsal, Mañalich, además en su último párrafo expresamente dice que también se concesionará la OPERACIÓN, es decir para que el establecimiento construido de esta forma pueda ser utilizado, se debe pagar y contratar a la misma u otra empresa, los servicios para operarlo, hablemos de alimentación, lavandería, esterilización, servicios de enfermería, servicios de profesionales, servicios de anestesia, tal vez hasta servicios médicos, es decir, el Estado paga de nuevo los servicios para que atiendan a los usuarios el valor de la atención más las utilidades de la empresa contratada. Además de lo expresado, se abre la puerta a una mayor precarización del empleo en nuestro país, cuestión que ya está ocurriendo. Las empresas que hoy venden los servicios de seguridad en los hospitales, contratan a su personal con el salario mínimo y a veces menos, los despiden antes del año para no darles vacaciones y en algunos casos ni siquiera les pagan las leyes sociales. ¿Esto es lo que quiere el Gobierno? Nosotros, no.
5. Como trabajadores de la salud creemos que no se puede usar el terremoto del 27 de febrero último como excusa para privatizar la salud de nuestro país por la vía de las concesiones hospitalarias. No queremos decir con esto que no exista la salud privada. Al contrario, que exista, pero que la financien y paguen quienes pueden con sus propios ingresos y no con la plata de todos los chilenos. El Estado debe seguir siendo quien tenga la máxima responsabilidad en la entrega de salud a la población de nuestro país.
6. estas razones están expuestas y se fortalecen cuando vemos que hay países desarrollados que han desechado este modelo que se nos quiere imponer y más aún cuando vemos que cuando hay utilidades de por medio, al empresario no le interesa el bienestar de las personas, sino que sólo la mezquindad de la ganancia como quedó de manifiesto en la colusión en los precios de los medicamentos de las farmacias, conocido públicamente por todos.
No nos dejemos engañar con los dulces que nos ofrecen. Las concesiones hospitalarias es sólo una nueva forma de hacer negocio con la salud de los chilenos.
0 comentarios:
Publicar un comentario