Vemos como un mensaje que corre por América la necesidad de una Asamblea Constituyente, que permita mejorar el sistema jurídico – político de nuestros países. Mejor democracia y de acuerdo a las nuevas condiciones, que siempre dinámicas en el tiempo.
No ha sido sencillo. Un buen ejemplo es Bolivia. Al margen de las preferencias o rechazos a la gestión de Evo Morales, su implementación le está costando sangre, sudor y lágrimas. Similar esfuerzo ocurre en Ecuador y Venezuela.
Cuando ciertas fuerzas "sociales - económicas" de un país ven que sus intereses entran en conflicto, lucharán denodadamente porque el statu quo siga igual. De Perogrullo, pero explica las razones de su rechazo en ciertos círculos del vecino país, como podría ocurrir en cualquier otra nación.
Pero, auto educándonos todos, veamos: ¿Qué es una Asamblea Constituyente?
Una respuesta a continuación: Con el nombre de Constituyente se designa un órgano colegiado, representativo, extraordinario y temporal, que está investido de la tarea de elaborar la Constitución del Estado, de establecer las reglas fundamentales del ordenamiento jurídico estatal. «Es el que se instala especialmente para hacer la Constitución al surgir un Estado o romperse el orden constitucional anterior. Puede aparecer después de la independencia de un país, de su separación de una Federación, como después de un golpe de Estado, de una guerra o de una revolución». El Poder Constituyente es la facultad inherente a toda comunidad soberana a darse su ordenamiento jurídico-político fundamental originario por medio de una Constitución, y a reformar ésta, total o parcialmente, cuando sea necesario. El Poder Constituyente puede ser originario o derivado. Es originario cuando se ejerce en la etapa fundacional del Estado a fin de darle nacimiento y estructura; es derivado cuando se ejerce para reformar la Constitución vigente. Nuestro caso.
Y Chile, por fin ha entrado en el tema. Hoy por hoy son muchas organizaciones y ciudadanos abocados a promover la concreción de una Asamblea Constituyente, destinada a cambiar la Constitución de 1980 impuesta durante la dictadura, motivo por el cual no estaban las condiciones de participación ciudadana en su gestación. Qué decir de la falta de información ciudadana y de la forma como se logró su aprobación. No podemos dejar de mencionar algunas de sus formas, que incluían la “democracia protegida” es decir senadores designados en forma no democrática, por señalar una de sus debilidades, dicho en forma elegante. Necesitamos Asamblea Constituyente para restablecer la soberanía nacional a manos del pueblo de Chile. Cabe señalar, que la Constituyente deberá considerar temas de legitimidad, derechos humanos, aspectos económicos , los que son cruciales cuando estamos considerados como uno de los más duros ejemplos de Economía de Libre Mercado en el mundo, donde el individualismo es el tema imperante en la constitución que se desea reformar. Ejemplos hay por docenas: los abusos en los pasajes, telefonía, AFP, Isapres, medicamentos, productos básicos, etc. Como no recordar el maravilloso ejemplo de Uruguay, de su pueblo, que de un modo participativo, modificó su Constitución y en ella contempló la administración del agua potable por parte del Estado para asegurar el vital líquido a todos los ciudadanos, como de procurar agua saludable.
Hoy en nuestro país, las sanitarias, ante el clamor de mejorar su calidad, se limitan a decir: "estamos dentro de la ley", conscientes de que nuestra legislación al respecto, ha quedado desfasada y es evidente que la calidad del agua suministrada, atenta contra la salud ciudadana. Hay temas igualmente relevantes, como las AFP, en las que miles de trabajadores, se niegan a jubilar, claros que sus pensiones serán miserables; la salud y la educación, los temas sociales, tendrían crucial importancia en los temas a manejar por la Constituyente chilena. Ha habido avances, como el fin a los enclaves autoritarios heredados del régimen militar, pero en esencia sigue siendo la misma Carta Fundamental la que nos rige. Por hoy la propuesta es sumarse a esta legítima demanda. Ésta es una obligación ciudadana y está en cada uno de nosotros dar el paso a esta aspiración ciudadana, entrando al tema, aportando y debatiendo, para lograr el conocimiento ciudadano y la conciencia de su importancia en la sociedad nacional.
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