El desastre del dúo terremoto dejo una pérdida de U$D 20 mil millones, en el rubro de la vivienda y lo más probable es que el crecimiento de la misma actividad crezca sobre un 7% en los próximos meses. Las pérdidas en el sector agrícola bordean los 760 millones de dólares; las exportaciones cayeron en el primer trimestre en 1.500 millones de dólares y en el comercio la morosidad se disparara, particularmente en las zonas afectadas por el mega sismo y era que no.
Lo concreto es que los habitantes de las zonas cero tienen un retroceso inmenso en el desarrollo y por lo tanto, un ahondamiento en los niveles de marginalidad y pobreza que vendrá a sumarse a los ya existentes, por la implantación deshumanizada del neoliberalismo en los gobiernos anteriores.
Después de tanta critica y también cacareo, la eficiencia empresarial no ha sido capaz, hasta ahora, de tener el horizonte claro de cómo abordar el tema de la reconstrucción que en mí opinión personal, debiese ser una refundación de nuevas ciudades, pues no se puede pensar reconstruir -y sería un error político y de planificación- en lugares donde los elementos productivos y la industria fueron arrasados. Como solución parche, sólo se ha atinado a ofertar 13 mil puestos de trabajo, pero en la modalidad de “Fuerza de Trabajo Militar” que desconoce la legislación laboral existente, en particular en la Región del Bío Bío.
En la misma Región, la ciudadanía -con sus organizaciones sociales y encabezadas por sus autoridades elegidas popularmente- ha salido a la calle a exigir celeridad y propuestas claras, para poder empujar el carro en una misma dirección, sin embargo, la Intendenta ha fustigado la manifestación planteando asumir un rumbo que ni ella conoce, denotando el desconocimiento de lo que significa la urgencia del hambre y la pérdida de sus fuentes
laborales.
Los representantes de los sectores económicos afirman que la incertidumbre generada por la demora en la entrega de la fórmula que utilizará el Ejecutivo para la reconstrucción está afectando la inversión y el tipo de cambio. Mas no se hacen una crítica por la actitud poco humana de alguno de ellos al apropiarse de la indemnización por años de servicios, que era de los trabajadores.
Después de tanta critica y también cacareo, la eficiencia empresarial no ha sido capaz, hasta ahora, de tener el horizonte claro de cómo abordar el tema de la reconstrucción que en mí opinión personal, debiese ser una refundación de nuevas ciudades, pues no se puede pensar reconstruir -y sería un error político y de planificación- en lugares donde los elementos productivos y la industria fueron arrasados. Como solución parche, sólo se ha atinado a ofertar 13 mil puestos de trabajo, pero en la modalidad de “Fuerza de Trabajo Militar” que desconoce la legislación laboral existente, en particular en la Región del Bío Bío.
En la misma Región, la ciudadanía -con sus organizaciones sociales y encabezadas por sus autoridades elegidas popularmente- ha salido a la calle a exigir celeridad y propuestas claras, para poder empujar el carro en una misma dirección, sin embargo, la Intendenta ha fustigado la manifestación planteando asumir un rumbo que ni ella conoce, denotando el desconocimiento de lo que significa la urgencia del hambre y la pérdida de sus fuentes
laborales.
Los representantes de los sectores económicos afirman que la incertidumbre generada por la demora en la entrega de la fórmula que utilizará el Ejecutivo para la reconstrucción está afectando la inversión y el tipo de cambio. Mas no se hacen una crítica por la actitud poco humana de alguno de ellos al apropiarse de la indemnización por años de servicios, que era de los trabajadores.
Por Jorge Bustos, Presidente de Congemar
enviado por : Vilma Alvares
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