Esta semana se realizó el segundo Consejo Nacional Ampliado de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), reuniendo a dirigentes de todas las regiones de Chile, poniendo en especial énfasis en el testimonio de los dirigentes que venían desde las zonas afectadas por el cataclismo del 27 de Febrero de este año.
El primer CNA se había realizado previo a las elecciones presidenciales y ante la inminencia de un triunfo del candidato de la derecha, Sebastian Piñera. Ahí el sindicalismo tomó un conjunto de resoluciones que, en definitiva, no lograron impedir que Piñera llegase al poder trayendo como consecuencia un cambio en el paradigma político social que se venía creando desde hace 20 años con los gobiernos de la Concertación.


El Primero tiene que ver con la asunción al poder de un gobierno de corte derechista después de casi medio siglo de vida Republicana de nuestro país, este llega con una orientación económica definida hacia el neoliberalismo, dejando de atrás el factor social como ente secundario y prescindible. Y por otro lado el inevitable terremoto que asoló a cinco regiones del país, siendo tres de ellas las más afectadas VI, VII y VIII. Esto pone a la CUT como eje social quien buscará ser parte de estos procesos nuevo, desde el punto de vista político y doloroso desde el punto de vista social.

El diagnóstico está claro y la CUT tiene la irrepetible oportunidad de abarcar los más diversos pensamientos y canalizarlos en una acción social que se vea traducida en avances y logros para el mundo laboral y social. Con miras a un primero de Mayo con un tinte especial el sindicalismo chileno tiene en sus manos la oportunidad generar nuevos acuerdos y avanzar para el bienestar de miles de trabajadores y trabajadores del país.
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