SOBRE LA VERDAD Y LA MENTIRA

Posted by USO DE LA CONCIENCIA On lunes, 1 de febrero de 2010 0 comentarios

Harry Frankfurt analiza en su breve tratado sobre la verdad algunas consideraciones que merecen una reflexión. Por su obviedad y por su utilidad. Dice el ensayista que "vivimos una época en la cual, por extraño que parezca, muchos individuos bastante cultivados consideran que la verdad no merece ningún respeto especial".

Los posmodernos nos dicen que el derecho a conocer la verdad carece de fundamento, simplemente, todo depende de cómo se miren las cosas.

Partiendo de esta consideración es posible convivir con verdades relativas, subjetivadas, cambiantes. La objetividad es imposible de forma absoluta. Nada es del todo puro, ni siquiera el alcohol lo es al cien por cien.

Pero hay unos mínimos que tenemos que respetar. Por ejemplo, la República no ganó la guerra civil y Franco no era un demócrata. Hay una dimensión de la realidad que ni siquiera la más enérgica comprensión de la subjetividad puede vulnerar.
"Este es el espíritu de la famosa respuesta de Georges Clemenceau cuando le pidieron que especulase sobre qué dirían los futuros historiadores sobre la Primera Guerra Mundial: desde luego, no dirán que Bélgica invadió Alemania".
Frankfurt afirma que "las civilizaciones nunca han podid0 prosperar, ni podrán hacerlo, sin cantidades ingentes de información fiable sobre los hechos. Tampoco pueden florecer si están acosadas por las problemáticas infecciones de creencias erróneas". Sobre una verdad a medias o sobre una mentira no se construye nada.

Repito conceptos que, por obvios, no podemos ignorar. Nuestro éxito o fracaso en cualquier cosa que emprendamos, y por tanto en la vida en general, depende de si nos guiamos por la verdad o de si avanzamos en la ignorancia o basándonos en la falsedad.

Recoge Frankfurt algunas reflexiones de filósofos anteriores sobre la mentira y la verdad. Kant, por ejemplo, decía que "una mentira siempre perjudica a otro; si no a un hombre en concreto, perjudica a la humanidad en general". Y Montaigne precisaba que "al realizarse nuestro entendimiento únicamente por la palabra, aquel que la falsea traiciona la relación pública".

San Juan afirmaba algo más simple y radical: la verdad os hará libres. No se puede sostener la convivencia ni tampoco la democracia sino parte de verdades universalmente compartidas.
Vivimos en una sociedad que la soporta todo. Pero no es aconsejable zambullirse en el río de la charlatanería, la tergiversación y el engaño. Hay que huir de la propaganda, especialmente la de la de los nuestros. La verdad es práctica, desprecia las conspiraciones, resiste la luz del día y no se esconde en las tinieblas.

Se encuentra a gusto en el sentido común, en la comprensión del otro, en el respeto a los demás, en pedir disculpas cuando se advirte que se ha penetrado en el error.
No es fácil conocer la verdad, toda la verdad, Nadie la puede apreender. Pero no es pertinente descartar verdades que se nos aparecen como evidentes. Es poco racional, surrealista, entrar en el absurdo.

Harry Frankfurt

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